Sabiendo que su madre había tenido diabetes y que, por eso, ella tenía riesgo de padecerla, Paula se realizaba controles periódicamente. Fue así como un día, un análisis mostró niveles de azúcar (o glucosa) en la sangre elevados, prueba de que la diabetes se había declarado, aunque ella no se había dado cuenta de los síntomas que le indicaran la presencia de la enfermedad.
Por el contrario, Raúl, que había llevado una vida de excesos sin preocupaciones, de repente comenzó a notar que orinaba muy seguido y tenía la boca muy seca y mucha sed, todo el tiempo; además, se sentía continuamente cansado, con un malestar difícil de identificar y de explicar. No tenía idea que esos eran síntomas de diabetes hasta que alguien se lo hizo notar. Entonces pidió ayuda profesional, justo a tiempo, ya que el nivel del azúcar en su sangre era muy elevado, y podría haber empezado a tener otras complicaciones.
Tal como ocurrió con Paula y Raúl, la diabetes puede presentarse de manera silenciosa o manifestarse a través de ciertos síntomas. Para detectarla y diagnosticarla, en general se utiliza una prueba de sangre. Por eso, es importante que consultes con tu médico, ya sea porque tienes síntomas de diabetes o porque tienes riesgo de padecerla.
Además de que algún pariente o familiar tuyo padezca o haya padecido esta enfermedad, otros factores de riesgo para desarrollar la diabetes son:
- No ser activo físicamente (llevar una vida sedentaria)
- Haber dado a luz a un bebé de más de 4 kilos (más de 8.8 libras) o que te hayan diagnosticado diabetes gestacional durante tu embarazo
- Tener presión alta (140/90 mmHg o más) o estar en tratamiento para esta enfermedad
- Tener bajo el denominado colesterol bueno (conocido como HDL por sus iniciales en inglés) – un nivel menor de 35 mg/dL o elevados los triglicéridos – por arriba de 150 mg/dL
- Tener el síndrome del ovario poliquístico (conocido como POC, por sus iniciales en inglés) también llamado Síndrome de Stein-Leventhal
- Haber tenido trastorno de intolerancia a la glucosa (IFG o IGT, por sus iniciales en inglés) en exámenes previos. Esto significa que tuvieron elevación del azúcar a niveles pre-diabéticos anteriormente
- Tener acantosis pigmentaria, una condición que se caracteriza por la presencia de piel oscura, gruesa y aterciopelada en las áreas flexibles y en los pliegues del cuerpo, como alrededor del cuello o en las axilas
- Tener antecedentes de enfermedad cardiovascular
- Visión borrosa
- Mucha sed
- Fatiga
- Micción frecuente (orinar mucho)
- Hambre
- Pérdida de peso
- Heridas que tardan en sanar
- Si el resultado indica entre 70 y 100 mg/dL (miligramos por decilitros) es normal.
- Si el resultado es mayor de 126 mg/dL en dos ocasiones, se diagnostica diabetes.
- Si el nivel es entre 100 y 125 mg/dL, se denomina intolerancia a la glucosa o prediabetes, lo que significa que estás en mayor riesgo de desarrollar diabetes de tipo 2.
- Examen de hemoglobina A1c (HbA1c): se utilizaba para ayudar a los pacientes a vigilar qué tan bien están controlando su nivel de glucosa en la sangre. Desde el año pasado, la Asociación Americana de la Diabetes también lo recomienda para diagnosticar la diabetes e identificar la prediabetes. El resultado es normal si es inferior a 5.7%. Si está entre 5.7% y 6.4%, indica que es prediabetes. Cuando es de 6.5% o superior, significa diabetes.
- Prueba de tolerancia a la glucosa oral (OGTT, por sus iniciales en inglés): luego de estar en ayunas durante 8 horas, se hace un análisis de sangre. La persona debe ingerir una bebida con glucosa y se toman exámenes de sangre en las siguientes 2 horas para medir el nivel de glucosa en la sangre. De ese modo se evalúa la forma en que el cuerpo asimila la glucosa. Si el nivel de glucosa está por arriba de 200 mg/dL después de dos horas, se diagnostica diabetes.
- Glucemia aleatoria (sin ayunar, en cualquier momento): se realiza en cualquier momento, independientemente de cuándo haya comido la persona. Se sospecha la existencia de diabetes si los niveles son superiores a 200 mg/dL y están acompañados por los síntomas clásicos mencionados más arriba (esta prueba se debe confirmar con otra de examen de sangre en ayunas).
La diabetes es una enfermedad crónica que puede causar problemas de salud graves si no te cuidas y controlas tus niveles de azúcar en la sangre, tu presión arterial, tus niveles de colesterol, triglicéridos, mantienes un peso saludable y sigues las recomendaciones de tu equipo de salud. Si mantienes una alimentación saludable, te ejercitas regularmente y evitas el estrés, puedes sentirte bien y vivir una vida larga y feliz.
Imágen © iStockphoto.com / Elzbieta Sekowska
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