Ya para la cena te das el gusto de una comida de varios platos de carne, papas con crema agria, la pasta y helado. Y para finalizar justo antes de irte a dormir, decide comerte otra barra de chocolate.
Por supuesto, hay problemas obvios con estas costumbres alimentarias. Pues, además del cuestionable valor nutritivo de los alimentos, también existe el problema de la sincronización entre las comidas y las meriendas. Es importante saber que la dieta no se trata sólo de una cuestión de lo que come, sino también del cuando usted come. Pero, si usted ha estado acostumbrado a tener tres comidas al día y tantos aperitivos como quieras entonces: ¿Cómo se puede cambiar estas malas costumbres alimenticias?
Para empezar, sólo se debe comer cuando en realidad tengas hambre. Esto significa que no debe comer por aburrimiento, tristeza, miedo, o por cualquier otra razón emocional. Los alimentos existen como un combustible para ayudar a su cuerpo a que enfrente los desafíos energéticos de cada día. Usted no debe mirar a los alimentos como un medio de consuelo o un camino de autocomplacencia psicológica.
A veces, usted puede notar que cuando trata de alcanzar un aperitivo tan sólo quieres un descanso de su rutina. Usted tiene que reconocer el hecho de que comer por razones emocionales es un comportamiento aprendido, de modo que, con el fin de revertir el curso de esta mala costumbre, sólo tiene que cambiar este comportamiento. Puede tomar algún tiempo, pero en un futuro usted encontrará que es absolutamente capaz de limitar su alimentación a los momentos en que su cuerpo realmente lo necesite.
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