28/2/11

Examen de Papanicolau o “Pap” anormal: ¿tengo cáncer cervical?

No necesariamente. Si bien el examen de Papanicolau que se conoce como “Pap” es un examen que se realiza para detectar si hay células cancerosas en el cuello del útero, si los resultados son anormales, eso no siempre significa que tienes cáncer, lo más probable es que no lo sea. Hay varios factores que pueden hacer que el resultado no sea normal. Aquí te contamos en más detalles.

Hace dos noches que Marita no puede dormir. Su ginecóloga le dijo que su Papanicolaou (o Pap, como también se lo conoce) le salió anormal o “positivo” (en este caso positivo no indica que está bien sino lo contrario: el resultado de un Pap es normal cuando es “negativo”)  y aunque no le dio ningún tratamiento por el momento, más que realizarse un nuevo Pap luego de unos meses, ella igual se quedó preocupada.
Su pregunta es – ¿Tendré cáncer cervical?

Lo más probable es que no sea así, si así fuera, su doctora se lo habría dicho. Y si bien es cierto que el Papanicolau es un estudio médico de rutina que se realiza para detectar la aparición temprana del cáncer cervical o de cuello de útero, también es cierto que su resultado puede ser anormal por otros motivos y que en general, ese es el caso.

Si las células del cérvix o del cuello del útero o matriz (en la parte baja del útero, entre éste y la vagina) vistas en el Papanicolau no son normales, es posible que tu médico simplemente te diga que son “anormales”. De acuerdo a la forma de esas células bajo el microscopio -muy pocas veces son cancerosas-, la condición tiene diferentes nombres, displasia, lesión intraepitelial escamosa (SIL) o neoplasia intraepitelial cervical (CIN), por ejemplo.

Independientemente del nombre que reciban las células, en la mayoría de los casos, el resultado anormal del Papanicolau es causado por el VPH (el virus del papiloma humano), un grupo de virus de transmisión sexual que se relaciona con el cáncer del cuello del útero (o cáncer cérvico-uterino).

El VPH, en general, no da síntomas (aunque a veces pueden aparecer verrugas en la vagina). Por el contrario, si el resultado anormal lo causa otro tipo de virus o infección, es probable que sí sientas diferentes síntomas: como dolor, un olor fuerte, enrojecimiento o irritación, entre otros.

En general, si los cambios son causados por el VPH, desaparecen solos y no requieren de tratamiento. Por eso, si la anormalidad es ambigua (equívoca) o menor, el médico puede pedirte que te repitas el examen, para determinar si necesitas un seguimiento, o podría realizarte una colposcopía u otros estudios para examinar la vagina y el cérvix (el cuello de la matriz).

Para realizar una colposcopía se utiliza un instrumento parecido a un microscopio, llamado colposcopio, que no penetra en el cuerpo.  El médico cubre el cérvix con una solución de vinagre diluido. Esto hace que las áreas anormales se pongan blancas.  Si la colposcopía encuentra tejido anormal, el médico podría realizar un raspado endocervical (del interior del cuello de la matriz) o una biopsia, para extraer (quitar) una pequeña cantidad de tejido y examinarlo con un microscopio en un laboratorio.

En ese caso, si el laboratorio encuentra que células anormales tienen una probabilidad alta de convertirse en cáncer, entonces sí el médico te indicará un tratamiento médico a seguir, para evitar que esas células se conviertan en un cáncer invasor.

Ahora que sabes un poco más, seguramente comprendas mejor la importancia de realizarte exámenes de
Papanicolau regulares. Y si el resultado de tu Papanicolau es anormal, no dudes en consultar con tu médico sobre qué significa la anormalidad en tu caso particular y qué medidas te recomienda seguir.

Si bien muchas mujeres con ciertos tipos de resultados anormales no necesitan tratamiento, sino sólo seguimiento, es importante que te hagas los exámenes de Papanicolaou para la detección de estos problemas para, de ser necesario, tratarlos tempranamente para prevenir que se desarrolle un cáncer.

Pero antes de angustiarte y pensar lo peor ante un resultado anormal, recuerda que debes hablar con tu ginecólogo o ginecóloga. El o ella te dará las respuestas a tus inquietudes.

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