Interpretación De Sueños: Sexo

Autor: Tarot Alba

Tener sueños eróticos o sueños sobre sexo es algo muy común y frecuente en la inmensa mayoría de nosotros. Quien más y quien menos ha soñado sobre el sexo alguna vez, ya fuera de forma explícita o algo más implícita.

La mayoría de las veces, estos sueños son un reflejo de unas necesidades reales no suficientemente satisfechas, especialmente si la pareja que comparte con nosotros este arrebato entre sueños resulta ser nuestra pareja en la vida real. En cambio, si nuestra pareja en el sueño resulta alguien que tenemos cercano pero con quien el sueño tiene muy pocas posibilidades de hacerse real, es un claro reflejo y una revelación de nuestra atracción hacia la misma.

Cuando el sueño llega a adquirir unas connotaciones especialmente morbosas, pero de los que no deberíamos tener demasiado en cuenta lo explícito del sueño en sí, pues podría estar indicándonos un cansancio que empieza a ser demasiado notable causado por una vida sexual monótona.

De hecho, el que no se tengan esta clase de sueños también tiene su significado, pues el no tener nunca sueños sobre sexo puede indicar una falta de interés por estos temas, por lo que no estaría de más consultar con nuestra propia conciencia a qué puede ser esto debido.

Si en nuestro sueño vemos a alguien practicando el sexo pero no somos nosotros ninguno de los que participan en el acto, si observamos sexo ajeno por parte de personas desconocidas, puede ser símbolo de deseos o anhelos reprimidos, así como puede indicar algún retraso, contratiempos, obstáculos… fracasos…

Si soñamos con sexo ajeno pero quien lo practica está anormalmente construido, se nos antoja deforme, sin vello, puede ser símbolo de infidelidad conyugal, de engaños, aunque también puede estar reflejando nuestro deseo por huir o salir de una situación comprometida. También podría indicar errores de juicio y de aprecación en cuanto a cómo llevamos o dirigimos nuestros negocios.

En definitiva, toda tentativa de relación con alguna pesona del sexo opuesto que sabemos o creemos que en la realidad no tiene posibilidades de verse cumplida, o al menos en la forma que esperamos, así como cualquier relación con personas de nuestro mismo sexo, o la visión de cualquier situación que no corresponda o pudiera corresponderse con nuestra realidad y nuestras normas habituales en este aspecto representarían un mal presagio.