Es más difícil que los hombres admitan que están deprimidos. En cambio, es más probable que oculten sus padecimientos tras el alcohol, las drogas o conductas agresivas. Pero lo que no saben es que el alcohol agrava (empeora) la depresión. Sigue leyendo para que te enteres de por qué no es una buena combinación.
“¿Alcohólico yo? ¡Pero si tomar un par de copas no le hace daño a nadie!” dijo Julio cuando le preguntaron si tenía algún problema con los tragos. Es cierto, “un par de copas” pueden hasta tener beneficios para la salud. Pero no más que eso. Esta excusa es usada con frecuencia por los hombres que buscan en el alcohol una tranquilidad para ocultar su depresión que en realidad, los pone en riesgo de desarrollar una adicción que después no pueden controlar.
Muchos hombres buscan en las bebidas alcohólicas un escape a sus problemas. ¿Por qué? El alcohol afecta al sistema nervioso central y actúa como depresor, por eso disminuye la ansiedad, las inhibiciones y la tensión. Sin embargo también tiene efectos negativos. Unos cuantos tragos pueden modificar el comportamiento, disminuir el equilibrio (el balance del cuerpo al caminar) y la capacidad de pensar con claridad. Además, pueden alterar la concentración y la capacidad de discernimiento. Beber de más puede provocar intoxicación (embriaguez), y cuando tomar bebidas alcohólicas se convierte en un hábito puede llevar al alcoholismo.
A veces, el alcoholismo puede venir de la mano de otro padecimiento, como la depresión, a la que de algún modo oculta. Si bien esto puede ocurrirles tanto a los hombres como a las mujeres, en general se tiende a creer erróneamente que la depresión es algo que tiende a pasarles a las mujeres. Por eso, los hombres son más propensos a no admitir que tienen problemas emocionales, y es entonces cuando corren el riesgo de ocultarlos tras el alcohol. Además, quienes están muy deprimidos o sufren desórdenes de ansiedad (como pánico o fobia social) y beben de manera frecuente, están más expuestos a que el alcohol los domine (así como también a adquirir otro tipo de adicciones, como el tabaco).
Las estadísticas indican que un gran porcentaje de alcohólicos sufre algún desorden psiquiátrico. Pero al mismo tiempo, algunos estudios indican que la dependencia al alcohol a largo plazo produce este tipo de desórdenes emocionales. Por eso, a veces es difícil determinar si la bebida se usa para disminuir la depresión o si es su causa.
Así que si piensas que el beber alcohol te ayuda a que salgas de la depresión, piensa de nuevo. En la mayoría de los casos los hombres que padecen de depresión (y en general cualquier persona) debe mantenerse alejado del alcohol por varias razones:
“¿Alcohólico yo? ¡Pero si tomar un par de copas no le hace daño a nadie!” dijo Julio cuando le preguntaron si tenía algún problema con los tragos. Es cierto, “un par de copas” pueden hasta tener beneficios para la salud. Pero no más que eso. Esta excusa es usada con frecuencia por los hombres que buscan en el alcohol una tranquilidad para ocultar su depresión que en realidad, los pone en riesgo de desarrollar una adicción que después no pueden controlar.
Muchos hombres buscan en las bebidas alcohólicas un escape a sus problemas. ¿Por qué? El alcohol afecta al sistema nervioso central y actúa como depresor, por eso disminuye la ansiedad, las inhibiciones y la tensión. Sin embargo también tiene efectos negativos. Unos cuantos tragos pueden modificar el comportamiento, disminuir el equilibrio (el balance del cuerpo al caminar) y la capacidad de pensar con claridad. Además, pueden alterar la concentración y la capacidad de discernimiento. Beber de más puede provocar intoxicación (embriaguez), y cuando tomar bebidas alcohólicas se convierte en un hábito puede llevar al alcoholismo.
A veces, el alcoholismo puede venir de la mano de otro padecimiento, como la depresión, a la que de algún modo oculta. Si bien esto puede ocurrirles tanto a los hombres como a las mujeres, en general se tiende a creer erróneamente que la depresión es algo que tiende a pasarles a las mujeres. Por eso, los hombres son más propensos a no admitir que tienen problemas emocionales, y es entonces cuando corren el riesgo de ocultarlos tras el alcohol. Además, quienes están muy deprimidos o sufren desórdenes de ansiedad (como pánico o fobia social) y beben de manera frecuente, están más expuestos a que el alcohol los domine (así como también a adquirir otro tipo de adicciones, como el tabaco).
Las estadísticas indican que un gran porcentaje de alcohólicos sufre algún desorden psiquiátrico. Pero al mismo tiempo, algunos estudios indican que la dependencia al alcohol a largo plazo produce este tipo de desórdenes emocionales. Por eso, a veces es difícil determinar si la bebida se usa para disminuir la depresión o si es su causa.
Así que si piensas que el beber alcohol te ayuda a que salgas de la depresión, piensa de nuevo. En la mayoría de los casos los hombres que padecen de depresión (y en general cualquier persona) debe mantenerse alejado del alcohol por varias razones:
- Como mencioné antes, el alcohol causa depresión y puede hacer que la tristeza y la ansiedad empeoren.
- Puede ser peligroso si estás tomando medicamentos para la depresión porque puede causar interacciones perjudiciales para la salud.
- El alcohol afecta la capacidad para conciliar el sueño, que también se agrava por la depresión.
- El alcohol afecta la percepción y la capacidad de juzgar las diferentes situaciones.
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