Ayer, en la segunda entrada de los principios alimenticios para ponerse en forma hablamos de los hidratos de carbono los cuales son el combustible de nuestro organismo, dividiéndolos en dos grandes grupos: simples (asimilación rápida) y complejos (asimilación lenta).
Hoy, en esta nueva entrada de los principios alimenticios para ponerse en forma, vamos a hablar de las proteínas. No vamos a entrar en tecnicismos y dejaremos a un lado las diferentes cadenas de aminoácidos que las compones, ya que lo que nos interesa es más bien su función principal y sus características con el fin de que en una futura entrada confeccionemos la dieta.
En las entradas anteriores vimos que la grasa de nuestro organismo puede provenir de un exceso en la ingesta de hidratos de carbono que hayamos comido y no hayamos consumido (como energía). Pero ¿y las proteínas? Digamos que las proteínas son el alimento del músculo y que normalmente no se transforman en grasa, aunque con una ingesta muy muy elevada pueden llegar a convertirse en azúcares y estos en grasa..Alimentos con alto nivel de proteína son: ternera, pavo, pulpo, merluza, pollo, conejo, atún, huevos, soja, lácteos…
Esto de llamar a las proteínas el alimento del músculo tiene su razón y es que gracias a ellas nuestro organismo puede reconstruir los músculos. Cuando hablamos de la reconstrucción de músculo podemos pensar en que el organismo debe crear músculo nuevo cuando los hemos ejercitado más de lo que está acostumbrado (roturas microscópicas de miofibrillas) y para intentar que la próxima vez no se produzca esta destrucción intentará crear más músculo.
Vamos a poner un ejemplo muy sencillo para que se entienda fácilmente: imaginemos que el músculo es un dique de maderas y que las maderas están creadas con proteínas, si la corriente del río (ejercicio ó trabajo) en el que está el dique arrastra un día unas cuantas maderas porque tiene más fuerza que lo habitual, al reconstruirlo lo que haríamos sería poner más madera de la que tenía para que la próxima vez que ocurra esté preparado.
Por tanto la necesidad diaria de proteína viene dada por la necesidad que nuestros músculos tengan de ella, a más esfuerzo y trabajo necesario más proteína necesitan, por eso en los deportes como fitness y culturismo su ingesta es tan elevada, recomendándose hasta 2gr por kilogramo que pese la persona que lo realiza.
Seguramente os estaréis preguntando que si la proteína no se transforma en grasa ¿qué pasa con la proteína excedente? Pues que se elimina del cuerpo por la orina y las heces principalmente. Muchos habrán pensado en este momento que entonces se puede comer toda la proteína que se quiera y no se engordará, pues bueno, en realidad es casi cierto, a no ser que el volumen que se coma sea muy muy elevado. Eso sí, hay que tener cuidado ya que una ingesta muy elevada de proteínas hace que el hígado tenga que trabajar en exceso, con lo que puede derivar en trastornos hepáticos.
Podemos llegar a la conclusión, por tanto, que los alimentos con fuentes altas de proteína servirán para reconstruir nuestros músculos y que los podemos tener en cuenta para nuestra dieta, puesto que nuestro organismo no los transformará en grasa (salvo excepciones).
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