El diagnóstico en solo 20 minutos. Es la primera prueba rápida para diagnóstico del VIH–Sida aprobada por la FDA por su sensibilidad y especificidad. Para usarla no se requiere de personal entrenado para inyectar, ni siquiera se usan agujas porque esta detecta anticuerpos del virus presentes en los fluidos orales, y después no queda material contaminado que deshechar, o sea que no hay posibilidades de contagio.
La paleta con la que se frota la encilla superior y, posteriormente, la inferior frontal de la boca, para obtener el diagnóstico, no es potencialmente infecciosa porque nunca entra en contacto con el virus, no recolecta el virus como los test que se hacen en sangre, sino los anticuerpos que aparecen cuando hay una infección, en este caso los VIH 1 y 2. Cuando hay una infección, el cuerpo produce anticuerpos, lo que quiere decir que la persona estuvo en contacto con el mismo. En este caso, la presencia de estos anticuerpos significa que aunque la persona no haya desarrollado el sida, sí es portadora del virus del VIH, los productores de la prueba son OraQuick Advance.
El dispositivo de la prueba se hace frotar entre el labio y los dientes de la persona, luego este se coloca dentro de la solución reveladora y se espera 20 minutos para obtener un resultado. La sensibilidad de la misma, o su capacidad para detectar un verdadero negativo, se calcula en un 99.6 por ciento. A quienes le sale un negativo, estamos seguros de que no tiene el virus, aunque hay que tomar en cuenta el período de ventana, que puede ser de hasta seis meses, por eso tan importante la consultoría previa. Ahora bien, cualquier resultado positivo en prueba rápida debe ser comprobado a través de pruebas confirmatorias. Lo importante es no tener falsos negativos.
OraQuick Advance no está a la venta en farmacias ni para particulares. La idea es usarla en campañas masivas para población abierta, pues mientras más rápido se diagnostique la presencia del virus, más larga será la sobrevida del paciente. Con esta prueba se abaratan mucho los costos de una campaña masiva, no se necesita tener personal especializado, no se usan agujas ni jeringas, y por ende tampoco algodón ni alcohol, no se necesita refrigeración para la solución reveladora, no se rompe y se lleva con facilidad, en una mochila o en una caja, y al final no queda material infeccioso. La prueba puede hacerse a cualquiera y en cualquier momento, a mujeres embarazadas, incluso en trabajo de parto, y a niños. Lo único que es imprescindible es la presencia de especialistas que puedan dar una consultoría psicológica pre y post prueba, pero debe ser así sea cual sea el tipo de prueba que se use. La prueba resulta también ideal para laboratorios clínicos, o para hospitales, porque al mismo tiempo que tiene una especificidad del 100 por ciento, se protege al personal de salud.
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