La infertilidad masculina es responsable de alrededor del 50 por ciento de los casos en los que una pareja no logra concebir un hijo de manera natural. Sus causas pueden ser varias, la mayoría corregibles con un diagnóstico acertado y el correspondiente tratamiento. Lo más nuevo para tratar la infertilidad masculina severa se conoce como ICSI (Microinyección del espermatozoide), por sus siglas en inglés, un procedimiento con 80 por ciento de probabilidades de que un óvulo fecunde, independientemente de las condiciones del semen.
Para evaluar al varón se usa un espermograma, que analiza la calidad y cantidad de espermatozoides que tiene el paciente. También habrá que descartar o confirmar la presencia de enfermedades sistémicas como la diabetes o los trastornos tiroideos, o bien la presencia de infecciones de transmisión sexual como la gonorrea o la Chlamydia, que la mayoría de veces dejan estériles a los hombres (y a las mujeres). La obesidad también es un factor importante, y los varicoceles son otra causa que puede producir una elevación de la temperatura en el escroto, alterando la cantidad y calidad de los espermatozoides.
Los profesionales expuestos a temperaturas muy elevadas también pueden presentar problemas a la hora de querer familia. Profesiones como la de panadero, bombero o chofer de transporte pesado, estos últimos permanecen mucho tiempo sentados y al lado de motores que llegan a calentarse demasiado, y a la vez se calienta el cuerpo en el área genital, a nivel del escroto, y eso daña la calidad del esperma. La genética también puede ser responsable de la condición, como cuando un hombre nace con una carga mayor de cromosomas. El 30 por ciento de los varones presenta causas mixtas para su infertilidad, el estrés, el tabaquismo, el alcoholismo o el consumo de drogas pueden influir, también puede haber una obstrucción de la vía seminal, lo que provoca una azoospermia, o ausencia total de esperma en el eyaculado, entonces no queda más que recurrir a un banco de esperma.
Si es la diabetes o la tiroides lo que está ocasionando el trastorno, basta controlar la alteración para solucionar la infertilidad. Lo mismo con quienes fuman o beben mucho. Y con las enfermedades venéreas pasa algo parecido, hay que tratar de corregirlas para mejorar la calidad seminal. Los varicoceles por su parte se corrigen mediante un procedimiento quirúrgico realizado por un experto en andrología. Pero para los casos más severos, en los que no hay esperma, o hay muy pocos, se puede obtener espermatozoides por ejemplo por medio de una biopsia en el testículo y luego fertilizar con ellos los óvulos. La última tecnología en infertilidad masculina se llama ICSI, una variante de la fecundación in Vitro que por medio de una inyección introduce un solo espermatozoide en el interior de un óvulo. La técnica permite trabajar con sémen muy alterado porque se necesitan pocos espermatozoides para conseguir un embarazo. Hasta 1992, estos casos de infertilidad severa eran incorregibles, pero hoy en día el 80 por ciento de los óvulos logran fecundar y las probabilidades de embarazo en una pareja joven es de alrededor del 65 por ciento. El procedimiento no es barato pero sí accesible, tan es así que muchos de los pacientes de la clínica Gestar son extranjeros, aquí el tratamiento les sale considerablemente menos caro que en sus países. La idea es desarrollar pocos embriones de buena calidad, conservar 2 o 3 de ellos por si la primera vez no se da un embarazo o si en un futuro los padres desean otro bebé, así tienen ya embriones conservados para no someterse de nuevo a todo el procedimiento. Una buena noticia: quienes desean revertir una vasectomía, las probabilidades de éxito son cada vez mejores.
No hay comentarios:
Publicar un comentario