El resultado es siempre el mismo: la balanza se mantiene igual, aún cuando durante cinco días no comen un bocado de más.
Anticípate a las tentaciones
Para romper con este círculo de descenso y ascenso “semanal”, simplemente es necesario hacer algunos cambios de hábitos para que ni el sábado ni el domingo, ingieras calorías de más.
- Diseña un desayuno especial de fin de semana. Si todos los días desayunas exactamente lo mismo, el sábado y el domingo prepárate un desayuno diferente. Por ejemplo, podrías hacer una ensalada de frutas y combinarla con yogur descremado. Otra opción es disfrutar de un delicioso omelette de jamón y queso o crepas dulces.
- Si vas a ir de compras, ¡elige un lugar que tenga un menú saludable para almorzar! Las plazas de comida de los centros comerciales generalmente ofrecen platos con muchas calorías. Pero también hay otras opciones, como las ensaladas. Si no, puedes almorzar en tu casa e ir de compras más tarde.
- Para los programas al aire libre, organiza un picnic light . Pon dentro de la canasta un recipiente con trozos de frutas, sándwiches de pan integral y pollo, bebidas dietéticas y postre bajas calorías.
- ¡Date un gusto y disfrútalo! Después del sacrificio de la semana, concédete el permiso de disfrutar de una golosina o postre. Puede ser una tableta pequeña de chocolate negro o una bocha de helado de crema, por ejemplo.
- Si vas a ir a comer a un restaurante, elige con astucia. Si tus amigos piden entrada, tú pide una sopa o ensalada. Luego, no pidas una porción entera sino media porción. En los restaurantes generalmente las porciones son demasiado generosas y terminarás comiendo sin apetito. A la hora del postre, pide un plato o una ensalada de frutas.
- Dale un descanso a la cerveza. Una lata de esta bebida tiene 140 calorías, aunque la cantidad difiere según la marca, y si estás con amigos o viendo televisión, es probable que tomes más de una. Prueba otros tragos o toma una sola cerveza, pero con bajas calorías.
- Aprovecha para hacer actividad física. Haz una caminata cada día, o incluso dos por día (a la mañana y a la tarde). Cuando necesites ir a la tienda, ponte un calzado cómodo y ve caminando. Si tienes perro, ¡sácalo a pasear! Te hará bien no sólo física sino mentalmente, para despejarte.
- Duerme lo suficiente. Las personas que no duermen el tiempo necesario, suelen tener alteraciones en su metabolismo que les impide controlar el apetito y, en consecuencia, comen de más.
- Conoce a tu enemigo y…¡evítalo! No te engañes. Si hay algún snack, postre o plato que te fascine, ¡tenlo lejos! Algunas personas se sienten generosas, comprando su comida preferida para los hijos o algún familiar, suponiendo que podrán resistir la tentación de llevárselo a la boca. Es un desafío demasiado difícil como para intentarlo. Y además, no tiene demasiado sentido, ya que seguramente tu familia disfrutará de algún otro bocadillo o plato, que a ti no te guste tanto. Así que, ¡olvida el altruismo y piensa más en ti!
- ¡Diviértete y pásala bien! El aburrimiento que algunos padecen los fines de semana puede transformarse fácilmente en exceso de comida o “comida irreflexiva”. Esto sucede cuando pasas de la mañana a la noche dentro de tu casa. Anticípate al aburrimiento y planifica estos días con anticipación. Puedes ir a visitar a algún amigo o familiar, salir a andar en bicicleta o a caminar, ir al gimnasio o simplemente ir al parque a leer. Si el clima está dudoso y crees que va a llover, ¡llena tu refrigerador de frutas y verduras!
Con estos consejos, empezarás el lunes de mejor humor, ya que no te sentirás culpable por haber comido alimentos poco saludables. Y algo más, es muy lindo ser buen anfitrión, pero en este momento lo importante es que tú alcances el peso que deseas, así que regala las galletas, golosinas, snacks y helados que tienes guardados para cuando tengas visitas y la próxima vez, ¡prepárales un delicioso jugo de frutas!
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