13/10/11

Ejercicio Físico que Debes Hacer Junto con la Dieta, para Bajar de Peso.

Es evidente que la práctica físico–deportiva es, no solo beneficiosa, sino indispensable en el plan de adelgazamiento. La idea de utilizar la actividad física como medio para bajar de peso, parece aceptada, no sólo por la comunidad científica, sino que asimismo, también parece aceptada por todas las personas.

Este postulado ha evolucionado, hasta tal punto que actualmente se tiene la idea, bastante generalizada, que cualquier tipo de práctica físico–deportiva, es beneficiosa para adelgazar. Esta situación se ve favorecida por la gran cantidad de información y de intereses económicos que se han creado en torno a la práctica deportiva a todos los niveles.

Este hecho, que a primera vista no parece muy perjudicial, ha fomentado y reforzado la siguiente hipótesis: “toda la práctica físico– deportiva, sea cual sea, y realizado en cualquier situación, es beneficiosa para la salud”, y ésta, sí que puede llegar a ser preocupante para la salud de la población.

Los profesionales en general, no utilizan la terminología de “actividad física”, sino que utilizan la palabra “entrenamiento” El término entrenamiento lleva implícito la necesidad de evaluar, planificar y ejecutar cargas de trabajo físico enfocados a la obtención de unos objetivos previamente establecidos y razonados.


 Evaluación de la condición física.
Previo al inicio del programa de actividad física práctica por la que nos hayamos decantado, es imprescindible conocer nuestro nivel de condición física. De este modo podremos ajustar la intensidad, el volumen, frecuencia, duración y el tipo de ejercicios a llevar a cabo.



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 Cuestionario de evaluación de la condición física para la salud.Hulbert, L. (1988)

1. ¿Sientes debilidad en las piernas al subir las escaleras de varios pisos?  SI NO

2. ¿Jadeas cuando corres una distancia corta como para coger el autobús?  SI NO

3. ¿ Puedes inclinarte para atarte los cordones de los zapatos o ponerte los calcetines sin sentarte? NO SI

4. ¿Encuentras difícil salir de la bañera o levantarte de una silla baja? SI NO

5. ¿Evitas en lo posible un esfuerzo físico? SI NO

6. ¿Durante las últimas semanas te has sentido agotado físicamente más de una vez al final de la jornada laboral? SI NO

7. ¿Durante las últimas semanas te has sentido tenso más de una vez

y con dificultades para relajarte al final de la jornada laboral? SI NO

8. ¿Puedes hacer 10 repeticiones en un ejercicio de abdominales con las piernas flexionadas? NO SI

9. ¿Puedes tocar la pared si te sientas en el suelo mirando a la pared y con las piernas extendidas y abiertas? NO SI

10. ¿Realizas ejercicio moderado o vigoroso, al menos tres veces por semana? NO SI

 Las personas que no tengan ninguna respuesta en la columna “A”, se encuentran en buena condición física. Las que tengan entre 1 y 4, en dicha columna, necesitan cuidar algunos aspectos de su condición física.

Aquellas que hayan señalado 5 o más respuestas en esta columna deben hacer importantes cambios en su estilo de vida. A partir de esta evaluación, según el lugar donde nos encontramos, planificaremos el entrenamiento, considerando que a peor estado físico, menos intenso será el deporte que elegimos.

Así, si nos encontramos en la peor situación, entonces la opción puede ser caminar, nadar o andar en bicicleta. Si nos encontramos en la mejor situación, entonces podemos optar por algo mas exigente, como gimnasia aeróbica o algún deporte de competición, como carreras.

 Planificación del entrenamiento para la salud.
Cuando queremos practicar ejercicio físico, sea el tipo que sea, tenemos que tener presente que vamos a someter a nuestro organismo a una serie de estímulos que requerirán unas adaptaciones fisiológicas corto y a largo plazo.

Nuestro objetivo ha de ser que dichas adaptaciones repercutan positivamente sobre nuestra salud. En definitiva se trata de llevar a cabo un entrenamiento adaptado a las características de cada persona. Por consiguiente debemos respetar algunos principios.

Principios del entrenamiento para la salud. Los principios mencionados anteriormente son fundamentales para cualquier tipo de planificación de entrenamiento, pero en los casos concretos en los que nos planteamos planificar un programa de actividad física enfocada a la mejora de la salud, debemos prestar especial atención (sin olvidar el resto), sobre todo los siguientes principios:

1. Principio de multilateralidad. Trabajar todos los sistemas (cardiovascular, respiratorio, etc), grupos musculares y cualidades físicas básicas (fuerza, resistencia y amplitud articular fundamentalmente)

2. Principio de supercompensación. Los estímulos (cargas) han de ser lo suficiente intensas para que produzcan adaptación y no excesivamente elevadas para que no sean nocivas para la salud.

3. Principio de recuperación. Es necesario que los descansos sean adecuados y suficientes para tener tiempo suficiente de adaptación al trabajo realizado.

4. Principio de continuidad. Entrenar mucho y de forma muy intensa durante periodos de tiempo interrumpido y sin planificación es más perjudicial que beneficioso. Por lo tanto es preferible, hacer con menos intensidad, y poder mantener en el tiempo

5. Principio de individualidad. No podemos hacer recetas universales, sino que debemos adaptar los planes de trabajo a las necesidades, aptitudes y expectativas de nuestro organismo

La ejecución del plan de entrenamiento.
En primer lugar tenemos que tener en cuenta que cuando se practica actividad física sea el tipo que sea sometemos a nuestro cuerpo a una situación estrés físico y psíquico.

Sabemos que nuestro gasto energético aumentará considerablemente (en función del tipo de actividad), y además nos enfrentamos a retos y desafíos que nosotros mismo nos planteamos.

Tres son los pilares básicos que tenemos que respetar y cumplir.

1. Realización del ejercicio físico planificado.

2. Descansar el tiempo necesario.

3. Llevar una alimentación adecuada.

Teniendo en cuenta estas tres etapas, de evaluación, planificación y ejecución del entrenamiento físico, estamos en condiciones de optar por el deporte que más nos gusta, y practicarlo de forma de sacarle el máximo provecho para el control de nuestro peso corporal y estado de salud.

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